lunes, julio 31, 2006

Servilletas de Bar - 3



Sirena en La Moneda

Palimpsesto sobre "Nombre Propio"

Me dijiste que era recepcionista y trabajaba en La Moneda. Fui, pasé el carné y me detuve frente al mesón para hablarle. - Salgamos al patio - dijo. - Está bien - dije. Sus ojos eran de un verde mayor del que vestía. Rodeado por naranjos, le conté que escribías papeles para ella, como poemas. "Penélope, Tejes con mi sangre" y cosas así le escribías a la Cabo Cristina Ramirez. Escuchó un rato. Entonces habló. No conoces su voz. Yo sí. No la escuches nunca. Te morirías más de amor. Te perderías en la Alameda, como en un mar desconocido.

Servilletas de Bar - 2


Huelén


Cuando Jiménez despertó, vio que Neculñir aún estaba allí, con el torso desnudo al igual que otros doscientos hombres armados, que colmaban la plazoleta del Cerro Santa Lucía.
Jiménez, atado y amordazado, escuchó los gritos en mapudungun de los descamisados, los primeros tiros al aire y las sirenas, que venían de la calle. Se incorporó apenas, y vio que la policía comenzaba a rodear el cerro.
Torciéndose hacia atrás, pudo ver la hora en su muñeca izquierda, atada y amoratada. Las 12:05.
Putas – se dijo. No disparé el cañón. Me van a echar de la pega.